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A las extraordinarias Mujeres de mi Familia

Por Arturo Conde Pérez.

El día internacional de la mujer es una fecha para conmemorar, sobre todo, la lucha de muchas mujeres valiosas por encontrar espacios de expresión y equidad en un mundo que por increíble que parezca, les sigue negando condiciones necesarias de seguridad, educación, equidad de género y muchos otros factores necesarios para vivir una vida plena.

El día de hoy, se publican y transmiten muchos contenidos para señalar una situación de inequidad que todavía se vive entre mujeres y hombres, pero también para  dejar constancia de verdaderas proezas por parte de mujeres extraordinarias que viven intensamente,  trabajando, formando, creando y educando para tener un mundo mejor; mujeres que han dejado huella en sus países y en sus comunidades, pero sobre todo en sus familias.

Este es el caso de mujeres muy queridas y reconocidas en mi familia, que han construido con base en el amor, respeto, solidaridad y trabajo duro un legado que a todos los que formamos parte de este núcleo familiar nos llena de orgullo y compromiso para seguir el camino que ellas construyeron y que actualmente siguen consolidando.

Desde estas líneas, con mucho orgullo pero sobretodo con un inmenso cariño y admiración, quiero hacer un pequeño reconocimiento en primera instancia a mi abuela,  Teresa Muñoz,  por enseñarme cómo amar a todos los seres humanos y amarlos aún más si tienen fallas, sin esperar nada a cambio; para mi, hasta el día de hoy ese es el  Verdadero amor.

A mi  tía Carmen Pérez, quien me formó durante  mi etapa universitaria y me enseñó a ser formal y a organizarme, lo cual me ha servido inmensamente en mi vida diaria.

Un reconocimiento también para mi  tía Rosalinda Vera, quien fue parte de mi formación durante mi niñez y me cuidó desde pequeño. A menudo recuerdo los “puentes colgantes” que formaba con sus brazos, cuando yo tenía miedo, entre otras cosas. A  Aurora Rosas por ser mi confidente y cómplice desde niño y hasta el día de hoy.

Mención especial para mi Madre, La Señora Inés María Pérez Muñoz, quien con su amor, dedicación y ejemplo ha sido, es y sigue siendo piedra angular en mi vida, fuente eterna de inspiración e inmensa admiración por su tenacidad, inteligencia y visión para construir lo que en mi familia todos consideramos como nuestro legado.

Y obviamente un reconocimiento desde el fondo de mi corazón para mi esposa y compañera de vida Karen Morales, quien desde el día uno de nuestra historia en pareja me dijo que lo que me faltaba era amor, mucho amor. Cuánta razón tenia y gracias a ella, al día de hoy  tengo amor hasta para dar.

A mi hija por rescatarme de las adicciones con el poder de su sonrisa, una magnifica  muestra de amor sincero que está sincronizada con la mía, estemos en donde estemos.

Mi admiración, cariño, respeto y amor incondicional para todas ustedes, mujeres valiosas, pero sobre todo imprescindibles y un ejemplo a seguir  en mi vida.

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