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Comunidad Terapéutica “In Lak Ech”…una historia de sueños cumplidos.

Por Arturo Conde Pérez.

Diciembre del 2019 es una fecha especial para la familia Ayala Rodríguez, ya que es el momento en que la Comunidad Terapéutica In Lak Ech vio la luz por primera vez, después de un camino incierto y de muchas dificultades, que para nada desmoralizaron en ningún momento a Claudia Berenice Rodríguez Rodríguez y a Edgar Manuel Ayala Lucio, quienes iniciaron un camino a partir de la idea Claudia, quien buscaba ayudar a un miembro de su familia que estaba en problemas de Alcoholismo y la idea hizo eco en la mente de su esposo Edgar, quien en sus propias palabras refiere: “me obsesioné con esta idea”.

Como en casi todos los inicios, Edgar comenta una serie de situaciones que tuvieron que vivir: “tocamos muchas puertas para iniciar y muchas puertas  se cerraron, muy pocas personas creyeron en este proyecto. Tuvieron que pasar 3 meses para que pudiéramos comenzar a realizarlo… uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos fue el echo de que alguien nos quisiera rentar un lugar para poder iniciar este proyecto, ya que muchas de las personas pensábamos que íbamos a desmantelar el lugar, literalmente, pero pues la realidad fue lo contrario.”

El proyecto se escuchaba tan bien, que una familia confió en ellos antes de que el lugar estuviera habilitado. “Ya teníamos pacientes pero todavía no teníamos el lugar”, comentó Edgar quien agregó que “un amigo nos ayudó para tener en su comunidad a nuestro paciente durante 15 días, para posteriormente trasladarlo con Nosotros…cuando abrimos el 1º. de marzo del 2020, al siguiente día fuimos por este paciente y pues no teníamos carro cuando iniciamos y tuvimos que hacer este primer traslado en camión, ya que fuimos por él y lo instalamos en nuestro espacio, al siguiente día tuvo visita de sus familiares y se lo llevaron y nos quedamos otra vez sin nadie”… pero el sueño de Claudia y Edgar era tan Grande que difícilmente se iban a desmoralizar, por el contrario, sacaron fuerzas de la seguridad que les brindaba su visión del futuro en este proyecto. “Iniciamos con dos camas, cuatro sillas y una mesa, iniciamos casi sin nada, pero lo más importante fue que iniciamos con las ganas, con la intención de ayudar.”

El siguiente paciente que ingresó era un amigo de Edgar que había identificado que tenía un problema y buscó ayuda. “Fuimos  por el también en  Camión, ya que no teníamos carro, pero pues era un paciente al cual le ofrecimos la ayuda de buena voluntad, es decir no pagaba nada e incluso le ayudamos con los gastos.”

Con este paciente iniciaron el trabajo formal, el cual en palabras de sus fundadores fue “bastante complicado”, por la falta de recursos. “Iniciamos con visión, con iniciativa, con amor, pero no contábamos con el capital suficiente”. A este proyecto de familia también se unió la Sra. Elvia Lucio Gutierrez, madre de Edgar, quien facilitó el tema de gestión de un vehículo que tanta falta hacia para compra de insumos, transporte de pacientes etc.

Así inició la Comunidad Terapéutica In Lak Ech. Los primeros dos o tres  meses tuvieron únicamente 2 pacientes, lo cual complicaba las cosas por los gastos de operación del lugar, como agua, luz, pago del carro que se adquirió y pues la situación no era sencilla, la única que estaba en posibilidades de aportar en ese momento era Claudia, esposa de Edgar, por ser la única que contaba con un trabajo en aquel entonces. No obstante, más adelante Claudia dejó su trabajo y se une totalmente al proyecto y en ese momento las cosas se complican. “Ya no teníamos ni para comer” dijo Edgar con cierta nostalgia al recordar este capítulo.

Ante esta complicada situación que enfrentaba la familia Ayala Rodríguez, Edgar nos  cuenta que “mi Mamá trabajaba en una gasolinera y pues mi esposa se fue a lavar vidrios ahí para poder generar para subsistir y ya después nos alternábamos y yo también iba para que pudiéramos alimentar a los muchachos (pacientes)…una de las prioridades que teníamos es que comieran ellos primero, ya que eran las personas que creían en el proyecto y buscaban una rehabilitación.”

Pero como dicen por ahí, “no hay mal que dure cien años”, poco a poco más gente fue confiando en el proyecto de rehabilitación de la familia Ayala. Sin embargo los problemas no cesaban y a los seis meses concluyó el contrato de arrendamiento del lugar donde se ubicaba la Comunidad y el dueño quería aumentarles casi al doble la renta, “no teníamos para pagar, teníamos 10 pacientes y de esos tres no pagaban y era demasiado complicado sacar los gastos.” Nos cuenta Edgar.

En medio de esa complicada situación tomaron la decisión de cambiarse de lugar. Sobre esta nueva aventura Edgar nos cuenta:  “se les avisó a las familias que íbamos a comenzar de cero…fue una locura porque confiaron en nosotros, sin embargo nos fuimos a un lugar que no tenia puertas, ni ventanas, había montañas de escombro, pero íbamos con la intención de ayudar a estas personas a rehabilitarse y ellos tenían mucha disposición y ganas de de cambiar… las primeras 3 semanas fueron las más complicadas, habían muchísimos zancudos, los muchachos tenían  que prender cartones de huevo como si fueran raidolitos y las familias insistían en seguir creyendo en nosotros.”

Esta nueva etapa de la Comunidad fue bastante complicada por las carencias y hasta incomodidades que se tenían, pero nunca hubo una sola queja, los muchachos que estaban en tratamiento nunca tuvieron intenciones de irse sino de sumar para lograr un cambio; este tipo de acciones solo se logra en comunidades donde existe una clara identidad, un sentido de pertenecía  y en este momento “In Lak Ech” lo estaba haciendo, a pesar de todo.

 

Sobre esta etapa en la que de la adversidad surge una fuerte identidad y un claro sentido de pertenecía, Edgar nos comenta que “poco a poco con los muchachos fuimos haciendo todas las mejoras, mejorando las instalaciones, pintamos, poniendo las ventanas, las puertas y así iniciamos… fuimos añadiendo al equipo psicólogos, más tarde nos alcanzó para contratar al médico, luego nos alcanzó para contratar a un instructor de zumba… recuerdo que en algún momento el Padrino Pedro comentó que era importante iniciar con un Acta Constitutiva pero no nos alcanzaba, o le dábamos de comer a los muchachos o pagábamos la creación de un Acta Constitutiva, sin embargo ya con el tiempo fuimos poniendo en orden todo y generando loa documentos necesarios, regularizando ciertos aspectos… la idea de nosotros siempre fue ayudar, si bien al principio la idea de mi esposa fue la de ayudar a su hijo y no pudimos por las cuestiones emocionales, pues si pudimos ayudar a algunos otros pacientes.”

En la actualidad, la Comunidad “In Lak Ech” ya cuenta con 2 psicólogos, con Médico, instructor de Zumba, 2 Consejeros y  2 operadores. Claudia es también Paramédico y han estado mejorando cada vez más.

El camino no ha sido fácil para esta comunidad, pero han ido avanzando en medio de la adversidad y lo más importante es que lo han hecho con la ayuda de todos loa integrantes de la comunidad, que desde un principio sintieron este proyecto como suyo y es que así ha sido.

Es un hecho que la voluntad es el arma más poderosa para sacar adelante situaciones complejas, como las que vivió “In Lak Ech”. Tener un sueño es siempre el motor que imprime la fuerza necesaria, a pesar de todo, sin embargo es común que en el camino la voluntad se lleve al límite y los deseos de abandonar el camino son constantes.

En los  inicios de esta comunidad, sus promotores querían “tirar la toalla”. Edgar refiere haber tenido serios problemas de insomnio, caída de cabello, pérdida del hambre y  quedarse en cama en las mañanas parecía el camino más fácil; pero también recuerda la intervención de su esposa para que se levantara de la cama en las mañanas  y prestara el servicio que tenía que dar a la gente que dependía de él, para hacer las juntas, escuchar a los muchachos y dar las consejerías respectivas.

Sobre esto Edgar nos cuenta: “fue demasiado frustrante este inicio pero al día de hoy es bastante gratificante ver el grupo que tenemos, que aunque no es el lugar más bonito, en cuanto a instalaciones, es un lugar que se hizo con demasiado esfuerzo, creo que fue demasiado doloroso el proceso desde el inicio para  poder ver el día de hoy   este proyecto caminando pero ha valido la pena; hoy en día contamos con lo necesario para poder atender este problema de Adicciones y la idea es poder meter más gente a este proyecto como un trabajador social, una persona que nos ayude a desarrollar temazcales, un instructor de acondicionamiento físico, un psiquiatra que nos pueda visitar en nuestra instalaciones porque hoy en día es complicado sacar a quien requiera de este servicio… la idea es también generar más profesionales en nuestra área de atención. Actualmente  también contemplamos y adoptamos la idea del Lic. Arturo Conde Pérez de poder formar  profesionalmente a las personas de las diversas áreas como la psicológica y la de consejería, como Operadores Terapéuticos y poderles brindar esta oportunidad que también ellos han venido buscando desde hace tiempo.

Hoy en día tenemos un grupo considerable de 30 personas y el  trato con respeto e integridad al paciente es nuestra máxima y siempre buscamos que tengan un sentido de pertenecía a nuestra comunidad. Acabamos de cumplir dos años y hace poco el Lic. Arturo Conde Pérez, Presidente del Colegio Nacional de Consejeros, nos contactó y para nosotros fue algo bastante significativo ya que casi nadie había creído en nosotros y de la nada él nos voltea a ver y nos brinda apoyo para  la profesionalización del personal y pues eso fue bastante emotivo para todos los que integramos la Comunidad, algo bastante emocionante porque por fin nos había volteado a ver una persona importante dentro del tema de las Adicciones y pues la verdad todos lloramos de alegría porque el esfuerzo que hacemos por fin  lo volteó a ver una personalidad de esta magnitud.

Gracias también a la Lic. Karen porque fue también la que nos ayudó compartiéndoles nuestra historia y nos volteó a ver y así se fueron añadiendo algunas otras personas que al día de hoy nos contemplan y la verdad ha sido bastante significativo para nosotros contar con el apoyo de ellos y que nos hayan volteado a ver. Seguimos con la misión de dignificar el tratamiento de Adicciones y continuaremos ayudando a otras personas.”

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