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Día del padre 2021; mucho que celebrar, mucho que reconocer

Por Arturo Conde Pérez
Presidente del Colegio Nacional de Consejeros y Vicerrector de la UDC

Hoy como cada año se celebra el Día del padre. Una fecha que siempre ha estado presente en nuestro calendario, más que en nuestra mente. Incluso solemos bromear con el hecho de que al menos en México tiene más peso el día de la Madre.

Más allá de la visión social y hasta comercial sobre la fecha o de la tendencia a comparar con otras celebraciones, la importancia del padre en el núcleo familiar es de suma importancia, entre otras cosas, en la formación de valores y educación de los hijos durante los primeros años de vida.

La gran importancia que tiene para un niño el contar desde su nacimiento y durante los primeros años de su vida con su padre, es inobjetable y está sustentada en diversos estudios. El padre tiene un papel muy importante en el desarrollo cognitivo, social y emocional de sus hijos . Otros estudios publicados incluso manifiestan una mayor propensión a la comisión de actos delictivos en aquellos individuos en los que la figura paterna estuvo ausente durante su niñez.

También está demostrado que un buen padre puede generar en el pequeño una seguridad básica y necesaria para conocer el mundo y sobretodo para aprender las reglas de convivencia que definirán la manera de relacionarse con los demás. De aquí que muchas de las explicaciones en las conductas antisociales de los adultos deriven de la etapa infantil y en concreto en la manera en que el sujeto fue educado o no por su padre.
También es sabido que el desarrollo del cerebro depende de la calidad de la crianza.

¿Cómo educar?, ¿Cómo ser un buen padre?, muchas respuestas a estos cuestionamientos nos las da la experiencia que nosotros mismos vivimos de pequeños; aquí lo importante es tener la madurez suficiente para discernir qué tipo de situaciones que vivimos en nuestra niñez, en la relación con nuestros padres, queremos repetir y cuáles tenemos que modificar en nuestros hijos.

Y bien, ¿qué significa ser padre en estos tiempos?. Hoy en día nos enfrentamos a una generación que no escucha muchos consejos y menos cuando estos se refieren a épocas pasadas. Hemos educado a una generación que siente que todos sus deseos tienen que ser cumplidos en su tiempo y forma. Si a esto le sumamos también el papel que la tecnología ha jugado como un nuevo factor “educacional”, es definitivo que podemos distinguir muchos beneficios, pero también a un alto costo, ya que la “sobre exposición de información “ de todo tipo y sin ninguna restricción ha traído entre muchas otras cosas negativas, la configuración de un modelo de vida entre los jóvenes, que no distingue el factor formativo asignado al rol generacional, es decir, los mayores de edad en muchos casos ya no son vistos como personas con un mayor grado de sabiduría para dar consejos y educar, por el contrario, esos conocimientos adquiridos por la edad, son generalmente vistos por los jóvenes como obsoletos y superados en muchas ocasiones por la tecnología misma.
Lo anterior ha afectado sobre manera en el papel tradicional de educadores que los padres siempre han tenido, al menos en núcleos familiares “funcionales”, por lo que la identificación de las conductas antisociales se ha complicado cada vez más.

Por otro lado, es común que como padres tengamos dudas sobre qué tipo de conductas son normales en nuestros hijos o por lo menos cuales forman parte de una “evolución conductual” que los niños presentan en su camino hacia la juventud. Sabemos que la rebeldía, hasta cierto punto, forma parte de una transición en la que el sujeto en cuestión no está a gusto con nada e incluso consigo mismo; sin embargo, hay conductas que se salen de ciertos estándares y comienzan a ser altamente riesgosas incluso para la integridad misma de quien las ejecuta y también para el resto de la sociedad; estas conductas que están fuera de las normas y reglas de convivencia son precisamente conocidas como conductas antisociales. La pregunta entonces sería, como padres ¿cómo podemos identificarlas para actuar en consecuencia?.
En realidad la convivencia con nuestros hijos no tendría por qué llegar a ser una constante lucha de poderes, sin embargo es muy común que se llegue a estas situaciones y es aquí donde los padres tienen que tener cierto conocimiento para saber identificar cuándo una conducta ya no es “normal”; especialmente cualquier cambio de conducta o actitud, que generalmente se relacionan con la falta de interés ante cosas o actividades que anteriormente disfrutaba, falta de interés en las actividades escolares, incremento de las horas de sueño entre otras.
Celebremos pues a los Padres y no olvidemos que el rol que cumplen va más allá de una seguridad social y económica en la familia. Su labor, al igual que el de la madre, nos marca para toda la vida y eso deja muy en claro la gran trascendencia que tienen en nuestra sociedad. ¡Felicidades!

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