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El complejo y trascendente rol de Madre en nuestros días

Por Arturo Conde Pérez
Vicerrector de la Universidad del Conde y Presidente del Colegio Nacional de Consejeros.

El día de las madres es una fecha que puede ser abordada desde diferentes ángulos, sin embargo, nos queda claro que es uno de los días que más celebra la sociedad Mexicana.

Más allá de la connotación comercial que se le tiende a dar a este día, vale la pena resaltar la verdadera y trascendental importancia que una madre tiene en la formación del individuo, sobre todo en sus primeros años de vida.

Sabemos que durante los primeros años de vida, un niño forma su carácter y su Personalidad. Su conducta a futuro va a depender de todo lo vivido durante su infancia y en todo este periodo la madre juega un papel fundamental.

El primer vínculo afectivo que creamos es con nuestra madre e inicia durante el periodo gestacional. La intensidad emocional de esa relación se va acrecentando durante el nacimiento y posteriormente durante la lactancia esta relación afectiva aumenta, hasta alcanzar un punto determinante durante los primeros años de vida.

Especialistas en la conducta humana señalan que sobre todo el primer año de vida es el que va a determinar nuestra personalidad y durante estos doce meses nuestra Madre se convierte en el vínculo más importante entre este pequeño ser y su mundo.
Esta fundamental labor formativa que representa la maternidad, es una actividad que en realidad nunca termina ya que tradicionalmente la Madre se convierte con el tiempo en una figura de agradecimiento, sacrificio, amor incondicional y hasta de seguridad; pero también en una fuerza que transforma y guía para formarnos un criterio de lo que es malo y bueno a lo largo de nuestros primeros años.

Es por todo esto, que nuestra Mamá se convierte en una “aliada natural” de todos nuestros proyectos, de nuestros sueños y hasta de nuestros temores. También se convierte en una confidente de todo aquello que no podemos contarle a nadie más, pero que sin embargo requiere de una opinión objetiva que nadie más nos va a dar.

Ahora bien, a pesar de que el concepto de Madre sigue siendo el mismo que antaño, la sociedad y el núcleo familiar han cambiado, al igual que el rol de la mujer. Si bien es cierto es que existe un vínculo natural entre la madre y su hijo, también es cierto que la visión actual de “ser Madre” se enmarca en un esquema de igualdad que implica una apertura para que la mujer se realice como persona, sin ninguna restricción impuesta por su género, con lo cual las actividades de una joven madre han cambiado y son parte de una sociedad más demandante, ya que a diferencia de nuestras madres o abuelas, la mujer tiene que salir a trabajar y en este proceso también ha cambiado la forma en que se educa a un niño, ya que hoy en día y por lo anteriormente comentado, los pequeños “salen al mundo” más temprano que antes, asistiendo a guarderías en donde establecen relaciones afectivas con más personas, ya no solo con su madre.

Por otro lado, el papel del padre también se ha reconfigurado para compartir aún más la responsabilidad durante estos primeros meses de formación del pequeño y no delegarlo exclusivamente a Mamá, como solía suceder en otras generaciones.

Es por todo esto que no resulta muy difícil entender la difícil labor que una Madre que trabaja y se prepara profesionalmente, tiene que desempeñar para darle lo mejor a su hijo, pero también para realizarse personal y profesionalmente. Esta “nueva labor de Madre” se ha vuelto más ardua e intensa, pero no menos importante sino todo lo contrario.

Sirva este día para reconocer a todas las Mamás que aún se enfrentan a diferentes situaciones difíciles, pero que luchan a diario por sortear todo tipo de obstáculos que definitivamente un padre no enfrenta y aún así logran salir adelante como empresarias, servidoras públicas, comerciantes, artistas, empleadas, profesionistas y tantos otras facetas, pero sobre todo son grandes madres que siguen formando parte fundamental del núcleo social más importante que es la familia.
Nuestro reconocimiento y agradecimiento infinito por todo ese esfuerzo y tenacidad que solo el amor puede sustentar de la manera en que una madre lo hace.
Sirvan también estas líneas para agradecer y felicitar a mi esposa, a quien admiro por la excelente labor educando en valores y con inmenso amor a nuestros hijos. Gracias Karen por ser un apoyo fundamental para mi en todo momento, además de estar en constante crecimiento personal y profesional, al igual que millones de Mamás. Así mismo, a mi señora Madre, piedra angular en mi vida, pero también en la de mi familia y en la de la empresa, que se ha vuelto también un segundo hogar para todos quienes ahí laboramos. ¡Muchas gracias por todo Mamá y muchas gracias a todas las Madres del mundo!.

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