Por Arturo Conde Pérez
Vicerrector de la UDC
Diversos estudios sobre conductas antisociales entre la juventud mexicana, consignan un aumento constante que ya lleva algún tiempo.
De las múltiples conductas antisociales que se pueden identificar, sobresale la violencia y los robos. Ahora bien, al margen de diferentes análisis y estudios que se hacen continuamente sobre este fenómeno, en lo personal y como miembro de una comunidad educativa, suelo centrar el interés sobre esta temática, en tratar de entender por qué los adolescentes incurren en conductas antisociales y de ahí planear estrategias de prevención.
La respuesta ante esta problemática, que hace algunos años se me ocurrió, fue la de capacitar y profesionalizar a quienes atienden esta problemática, de tal manera que estén entrenados en la implementación de diferentes estrategias, para tratar de evitar el incremento de las diferentes conductas antisociales que en ocasiones desembocan en la comisión de delitos, algunos de ellos graves.
Durante todo este “viaje” a través del entendimiento del origen, desarrollo, consecuencias e irónicamente hasta el final, la prevención de las conductas antisociales en los jóvenes, después de estudiarlas y tratar de darles una explicación, coincido, al igual que muchos investigadores en el tema, en que las multicitadas Conductas antisociales no tienen que ver únicamente con factores de pobreza y marginación, sino con las nuevas y múltiples formas en las que se relacionan los adolescentes, en las que sobresalen el consumo de sustancias prohibidas, la sexualidad en situaciones de riesgo, robos y Violencia en general, forman parte del contexto entre miles de jóvenes que encuentran entre los grupos de amigos algo que quizás les negaron en sus propios hogares, me refiero a la comunicación y comprensión de sus problemas.
Por todo esto, una vez más expreso mediante este espacio editorial, que se debe de profundizar en esa nueva realidad en la que conviven los jóvenes, en las formas de expresión de las diferentes conductas antisociales que manifiestan y sobre todo se debe de incrementar el trabajo preventivo para revertir la tendencia a la alta de las múltiples conductas antisociales.
Dicho de otra manera, necesitamos capacitarnos cada ves más, certificarnos, mantenernos a la vanguardia y compartir el conocimiento adquirido por múltiples vías, para que podamos generar estrategias cada vez más eficientes y efectivas para la prevención de las conductas antisociales.
A nuestros estudiantes de la carrera de TSU en Consejería y Educador en estrategias de prevención de Conductas Antisociales los felicito por estar en el camino adecuado.
A todos aquellos profesionistas en las áreas de la salud mental, pedagogía, deporte, educación y padres de familia, los invitamos a cursar nuestra carrera técnica enfocada en la prevención de las conductas antisociales. Tiene una duración de dos años, se cursa a distancia y al final se recibe título y cédula profesional, lo cual seguramente tendría un impacto positivo en sus labores profesionales.
Cambiemos el destino de todos aquellos que han errado el camino.
Mayores informes al teléfono 558-526-2516.