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Importante papel de los padres en la identificación de Conductas Antisociales

Por Arturo Conde Pérez
Vicerrector de la UDC.

Hace una semana abordamos en este mismo espacio la importancia de la familia, en lo que se refiere a la formación de la personalidad, pero también en función al origen de múltiples conductas antisociales.
Hoy queremos retomar en parte esa idea, para dejar en claro la gran importancia de los padres, como guías morales, pero también cómo formadores de vida y sobre todo como responsables directos en la identificación de las primeras manifestaciones de conductas antisociales entre sus hijos.
Es común escuchar la frase de que “los hijos no nacen con un instructivo para educarlos”, sin embargo hay acciones que forman parte del sentido común y que han sido base de la educación en familia por siglos, como las reglas de convivencia, la comunicación y las restricciones temporales de beneficios, a manera de correctivos; no obstante, hoy en día nos enfrentamos a una generación que no escucha mucho consejos y menos cuando estos se refieren a épocas pasadas. Hemos educado a una generación que siente que todos sus deseos tienen que ser cumplidos en su tiempo y forma. Si a esto le sumamos también el papel que la tecnología ha jugado como un nuevo factor “educacional”, es definitivo que podemos distinguir muchos beneficios, pero también a un alto costo, ya que la “sobre exposición de información “ de todo tipo y sin ninguna restricción ha traído entre muchas otras cosas negativas, la configuración de un modelo de vida entre los jóvenes, que no distingue el factor formativo asignado al rol generacional, es decir, los mayores de edad en muchos casos ya no son vistos como personas con un mayor grado de sabiduría para dar consejos y educar, por el contrario, esos conocimientos adquiridos por la edad, son generalmente vistos por los jóvenes como obsoletos y superados en muchas ocasiones por la tecnología misma.
Lo anterior ha afectado sobre manera en el papel tradicional de educadores que los padres siempre han tenido, al menos en núcleos familiares “funcionales”, por lo que la identificación de las conductas antisociales se ha complicado cada vez más.

Ahora bien, es común que como padres tengamos dudas sobre qué tipo de conductas son normales o por lo menos forman parte de una “evolución conductual” que los niños presentan en su camino hacia la juventud. Sabemos que la rebeldía, hasta cierto punto, forma parte de una transición en la que el sujeto en cuestión no está a gusto con nada e incluso consigo mismo; sin embargo, hay conductas que se salen de ciertos estándares y comienzan a ser altamente riesgosas incluso para la integridad misma de quien las ejecuta y también para el resto de la sociedad; estas conductas que están fuera de las normas y reglas de convivencia son precisamente conocidas como conductas antisociales. La pregunta entonces sería, como padres ¿cómo podemos identificarlas para actuar en consecuencia?.
En realidad la convivencia con nuestros hijos no tendría por qué llegar a ser una constante lucha de poderes, sin embargo es muy común que se llegue a estas situaciones y es aquí donde los padres tienen que tener cierto conocimiento para saber identificar cuando una conducta ya no es “normal”; especialmente cualquier cambio de conducta o actitud, que generalmente se relacionan con la falta de interés ante cosas o actividades que anteriormente disfrutaba, falta de interés en las actividades escolares, incremento de las horas de sueño entre otras.
Ahora bien, cuando a lo anterior se le agregan algunas situaciones de más grave consecuencia como lo son el desprecio por las normas y la autoridad, dentro y fuera del hogar, y se comienzan a presentar conductas censurables es necesario actuar y muchas veces no nada más los padres sino que todos los miembros de la familia tienen un rol que cumplir ante la corrección de este problema.

Mucho del aprendizaje sobre cómo actuar, como padres de familia, es un tema que se transmite generacionalmente, sin embargo es importante considerar que los tiempos cambian vertiginosamente y en la actualidad en cuestión de meses.
Ante esto, es normal que como padres tengamos que acudir a la ayuda de profesionales o incluso acceder a programas de capacitación que hace algunos años solo eran considerados para profesionistas en las áreas de educación, psicología o consejería.
La Universidad del Conde, por medio de su carrera en Técnico Superior Universitario en Consejería y Educador en Estrategias de Prevención de Conductas Antisociales, ha creado un programa de capacitación continua que está dirigido en primera instancia para quienes ya tienen un trabajo o conocimiento previo en el mundo de la Rehabilitación de las conductas antisociales; sin embargo, los contenidos y la dinámica de implementación de sus cursos, diplomados y demás actividades de formación, están pensados en un “público en general” en el cual los padres de familia se convierten en un sector básico para acceder a este entrenamiento.
Como muestra de lo anterior, el día de hoy da inicio nuestro diplomado sobre Logoterapia Aplicada en Consejería Terapéutica y Salud Mental”, en modalidad de tiempo real a distancia y con duración de 4 meses, en donde se abordará todo lo relacionado a este importante herramienta de la psicoterapia que ha probado ser muy efectiva en el tratamiento de las conductas antisociales y que está basada en la búsqueda del sentido de la vida en la persona que está presentando situaciones complejas.

Así mismo la misma carrera de TSU en Prevención de Conductas Antisociales, mencionadas líneas arriba, se ofrece también a padres de familia, como una excelente opción para obtener el conocimiento necesario para poder lidiar con situaciones que como comenté líneas arriba, forman parte de ese “manual inexistente” que todos los que somos padres hemos comentado en alguna ocasión.
Para mayores informes sobre el diplomado o nuestra carrera, puede llamar al teléfono: (558)526-2516 o acceder al siguiente Link de registro:
https://tsuconsejeria.com/admisiones/diplomado/

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