Existen dos perfiles de la adicción, así como en el alcohólico existe el bebedor social, el bebedor problema o el bebedor crónico, dentro de la conducta antisocial existen 2 perfiles, uno tiende a ser muy introvertido y otro muy extrovertido.
El introvertido, como su nombre lo dice, es hacia adentro, todo su ruido es adentro, lo interioriza, no habla, se aísla, juzga, le da lo mismo, prefiere estar en su cuarto, en la esquina drogándose, bebiendo, busca eso dentro de él, interiorizar todos los procesos que está viviendo, afectivos, emocionales, cualquier cuestión psicológica o trastorno psicológico es interno. Sus pensar y su sentir generalmente es: no me quieren, no soy parte de nada, no lo hables porque se van a reír, no exteriorices que tienes miedo, fobia, pánico, complejos, todo es interno. Y existe otro perfil que es el extrovertido, el que es afuera, el que busca la fiesta, el baile, el socializar, el conocer, el viajar, conocer culturas urbanas, su ruido es afuera.
Con cualquiera de estos 2 perfiles de conducta antisocial, me he podido percatar que cuando una persona llega a un tratamiento, llámese residencial o extra muro, es de suma importancia que como consejero en adicciones y educador en estrategias de prevención se logre identificar a cual perfil pertenece. Si afinas bien la puntería y te das cuenta del perfil, ya sea introvertido o extrovertido, podrás identificar que cualquiera de los 2 busca, al igual que el adicto, el ruido externo. Ya que son personas que no quieren escuchar lo que hay adentro, que en muchos de los casos son sentimientos y emociones tales como la tristeza, la desesperación, el suicidio, la ansiedad, la frustración, la ira, deseos de desertar en la escuela, abandonar los sueños, etc. Ese ruido interno no es agradable y es mejor estar afuera para poder disfrazar o camuflajear esos sentimientos (bailes, halagos, que bien lo haces, que bien te ves, bailas muy bien, peleas muy bien), busca el tener ese ruido del ego, del reconocimiento y así se la puede pasar un tiempo, pero tarde o temprano vuelve a escuchar esa parte de adentro (que hiciste, estás mal, que pasó con tus sueños, que pasó con tus metas, que pasó con tus relaciones) y es una necesidad de salirse de sí mismo, ya que lo de adentro no le agrada, es una melodía que no le gusta escuchar.