Una de las preguntas que han acompañado al ser humano, quizás desde que emergió como un ser “racional”, ha sido sin lugar a dudas el tratar de entender o por lo menos conocer, para qué estamos vivos, cuál es nuestra razón de ser, de estar en este tiempo y en este espacio; dicho de otra manera, encontrarle un “sentido a la vida”.
Esta preocupación intrínseca a la existencia de una persona, los expertos y estudiosos en la conducta le han denominado “voluntad de sentido” y no es otra cosa que el estado de tensión que provoca, de una manera sana, el ejercicio de tratar de encontrarle sentido a todas aquellas situaciones, generalmente complicadas, que de alguna manera nos confrontan con nosotros mismos. El sentido de vida es la motivación que nos lleva al cambio, a creer que podemos transformar nuestra situación actual, por muy adversa que esta sea, es tener una respuesta al ¿para qué vivir esta dificultad?
El no encontrar respuesta al para que estamos aquí y ahora, generalmente nos lleva a estados de depresión o desesperanza, la logoterapia le llama “vacío existencial”; esta ausencia del sentido de vida, en muchas ocasiones nos lleva a revelar múltiples conductas antisociales en perjuicio de nosotros mismos, de nuestras familias y de la sociedad en general.
Es común escuchar expresiones tales como “a esta vida venimos a ser felices”, sin embargo, pocas veces analizamos que la felicidad es un estado que forzosamente requiere primero de un entendimiento de la razón, que es el sentido que le encontremos a nuestra existencia.
Aquellas personas que no encuentran ese sentido, se siente internamente y de alguna manera inútiles y vacías, ya que en ocasiones consideran que están aquí por “mero accidente” o peor aún, “por un error”, sin entender que desde la más elemental lógica de todas las áreas del conocimiento, queda claro que todas las vidas son importantes para que podamos funcionar como sociedad y en estos últimos meses nos ha quedado bastante claro que todos somos importantes incluso para sobrevivir en un entorno cada vez más complicado.
La logoterapia es una técnica del psicoanálisis existencial, impulsada por Viktor Frankl, en la que como base de acción se centra en la “voluntad de sentido” como una herramienta útil para hacer una introspección personal y de ahí partir hacia el exterior. Comprender cuál es nuestra razón de ser y estar, para hacer de alguna manera “lo que nos corresponde”, en el entendimiento de qué hay algo que necesitamos hacer y esto es importante.
Por todo esto, resulta por demás interesante, la invitación que la Universidad del Conde (UDC), así como el Colegio Nacional de Consejeros (CONACON), hacen a todos los interesados en este tema, a participar en su Tercer Foro Internacional en Salud Mental y Adicciones denominado: “La Logoterapia aplicada en Consejería Terapéutica y la Salud Mental”.
Este foro se llevará a cabo, de manera presencial y a distancia, el próximo 15 de febrero, como parte de una serie de actividades que ambas instituciones, en conjunto con diferentes organizaciones de la sociedad civil, vienen realizando desde el año pasado sumándose al combate a las Adicciones y en pro de la Salud Mental.
Liga de registro: https://universidaddelconde.edu.mx/App/Eventos/
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