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Prevención de Conductas Antisociales, una forma de bajar los índices delictivos

Por Arturo Conde Pérez
Presidente del Colegio Nacional de Consejeros

Es parte del sentido común el entender que la mejor prevención de una situación es incidir en el origen de la misma.
En lo que a prevención del delito respecta, queda claro también que una de las acciones más efectivas tiene que ver con educar en valores desde la familia.
Todos sabemos que la familia es una de las instituciones más importantes en nuestra sociedad, sobre todo en relación a la formación de niños y jóvenes, es por esto que el preparar a la población para la detección de conductas antisociales en los primeros años de vida de los integrantes de una familia, resulta ser a fin de cuentas una de las labores más efectivas, que tanto el Estado como la sociedad civil pueden implementar para que los índices delictivos puedan tener una disminución significativa.

La labor no es fácil, ya que se requiere de un entrenamiento que tampoco está al alcance de todas las familias, sin embargo, parte de las acciones que desde la sociedad civil se están gestando son la capacitación de profesionistas, padres de familia y ciudadanos en general, para que obtengan las herramientas necesarias para identificar los “focos rojos” en el comportamiento de niños y jóvenes que pudieran en el mediano y largo plazo derivar en acciones delictivas.

La carrera de Técnico Superior Universitario en Consejería y Educador en estrategias de prevención de Conductas Antisociales que ofrece la Universidad del Conde, es parte de esa respuesta que se está dando desde la sociedad y que cuenta con el aval y alianzas con el estado.

El Campo laboral de quienes cursan dicha carrera, tiene por ende una amplía gama de posibilidades, ya que diferentes organizaciones e instituciones en las que sus “públicos internos”, usuarios o estudiantes son precisamente la población en cuestión, requieren de profesionales que ayuden a detectar y en su caso canalizar cualquier situación que pudiera derivar a futuro en una conducta antisocial.

Por todo esto es necesario ampliar nuestra visión, como estudiantes del TSU y entender que nuestro campo de acción no se limita únicamente a clínicas o comunidades terapéuticas en donde la labor tiene que ver con la rehabilitación de pacientes, sino que es necesario capacitarnos también para ayudar a quienes trabajan con niños y jóvenes a detectar ciertas situaciones que ameriten una asesoría por parte de un experto en salud mental o por lo menos con los padres de familia, para que puedan ser más enfáticos y asertivos en ciertos aspectos de la educación que le están brindando a sus hijos.

Es por esto que desde estas líneas volvemos a invitar a profesionistas en diferentes áreas relacionadas con niños y jóvenes, a maestros, psicólogos, educadores, padres de familia etc. A cursar esta novedosa carrera técnica, que en su modalidad a distancia y con duración de dos años únicamente, puede darle un nuevo giro a su vida profesional, ampliando su horizonte laboral en una de las áreas que mayor crecimiento ha tenido y que mayor gente capacitada requiere, nos referimos a la prevención de las conductas antisociales y todo lo que esto implica.

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