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Profesores. Maestros de vida.

Por Arturo Conde Pérez
Vicerrector de la Universidad del Conde

A propósito del Día del maestro, celebrado en días pasados, hago la siguiente reflexión esperando que sea de su agrado. Pensar en nuestros maestros a lo largo de nuestra vida académica, nos lleva a una introspección de nuestra persona, ya que un buen maestro tiene una influencia de por vida en nosotros, al igual que un mal maestro.

Es común que muchas de nuestras decisiones de vida, a lo largo de nuestra existencia, se basen en lo aprendido de algún maestro en concreto.
Escogemos carrera universitaria con base en las materias que a lo largo de nuestra educación básica más nos gustaron, pero también nos alejamos de otras como consecuencia de malas experiencias con algunos profesores.

Por otro lado, un maestro es más que un instructor de un plan de estudios determinado; un buen maestro es fuente de inspiración para toda la vida. Es quien nos ayuda, además de nuestros padres, a enfrentar nuestros fracasos y errores. Pero también es quien disfruta con nosotros todos nuestros logros.

Son nuestros maestros quienes nos transmiten algunos conceptos tan importantes, que a futuro se vuelven en la base de nuestro comportamiento personal y profesional; términos como el de la justicia como base para una sociedad que progresa, la ecología como medio para subsistir hoy más que nunca, la Ética para convivir en una sociedad cada vez más desigual y muchos otros, son transmitidos generalmente en un salón de clases y reforzados por la eterna enseñanza de nuestros padres.

Nuestros maestros nos enseñan a relacionarnos con nosotros mismos y con la sociedad en la que estamos inmersos. Nos comparten no solo su conocimiento sino su forma de ser y hasta de vivir, mediante lo cual también nos transmiten valores, aspiraciones e incluso inspiraciones que a menudo nos sirven para lograr nuestras metas.

Mucho de lo que hoy somos se lo debemos a nuestros maestros y de alguna forma u otra, siempre serán parte de nuestra vida.
Sirvan también estas líneas para agradecer y reconocer a toda la plantilla de maestros de la carrera de TSU en Consejería y Educador en estrategias de prevención de Conductas Antisociales, de nuestra Universidad del Conde, a quienes siempre me refiero como “Maestros de vida”, ya que en realidad son ellos quienes además de brindar sus conocimientos en el mundo de la Consejería, son también modelos a seguir de quienes quieren precisamente rehacer su vida.

Por último quisiera comentar que de las muchas lecciones que nos dio la Pandemia por Covid-19 en el mundo, resalta la de revalorar la labor del personal de salud y el de educación.
Todos sabemos que las condiciones de ambos grupos profesionales no es la óptima, sin embargo se han convertido en figuras esenciales para salir delante de crisis bastante complejas.

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