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Un día del médico muy especial

Por Arturo Conde Pérez

Hoy más que nunca, en México y el mundo hemos sido testigos de la importancia de la comunidad Médica.

La Pandemia por Covid-19 nos enseñó muchas cosas, quizás la más importante es cuán frágiles somos como humanidad, ante una serie de factores externos que de momento no podemos controlar.

Aprendimos de manera drástica que la solidaridad es una vez más el camino a seguir para sobrellevar situaciones adversas, pero sin lugar a dudas nos dimos cuenta de algo que ya sabíamos desde hace mucho tiempo, pero que quizás dábamos por sentado o se nos había olvidado y esto es sin lugar a dudas la importancia de los Médicos en nuestra sociedad.

Esta Pandemia nos ha servido hasta cierto punto para recordar quiénes somos, para volver a nuestros origines y re evaluar todo a nuestro alrededor.

En época de nuestros abuelos y quizás un tanto en la de nuestros padres, el Médico, el profesor y el Cura eran las figuras más importantes en todas las poblaciones; se reconocía el gran valor que aportaban a la sociedad y se tenía muy claro que por lo menos una sociedad enferma y con educación deficiente estaba destinada al fracaso. Al paso del tiempo olvidamos esto. El personal de salud, al igual que los maestros, fueron cada vez menos apoyados y se les obligó incluso en algunos casos, a trabajar en condiciones muy difíciles para el logro de sus objetivos.

Este día del médico es sin lugar a dudas uno muy sensible. Por un lado los reconocemos, pero por otro nos duele como sociedad, saber que nuestro país es uno de los que tiene el mayor índice de Personal Médico que ha fallecido a causa del Covid, según un reporte de Amnistía Internacional, como consecuencia de hacer aquello que juraron un día al egresar de sus aulas, ayudar al prójimo tal y como lo mencionaron en el juramento que hicieron al convertirse en Médicos: “La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones”.

Sin lugar a dudas queda mucho por reflexionar, mucho por hacer como sociedad y mucho camino por andar, por reivindicar todas aquellas profesiones que son vitales para nuestro funcionamiento adecuado como país.

Venga pues desde estas líneas nuestro eterno agradecimiento y un reconocimiento que nunca será suficiente, a nombre de la Universidad del Conde, de la carrera TSU en Consejería en Prevención de Conductas Antisociales, así como del Colegio Nacional de Consejeros.

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