Hay quienes tienen la idea de que la salud mental depende solo de la persona, cuando en realidad, depende también de las relaciones que establecemos y mantenemos en la familia, el trabajo, la escuela, los amigos y otros ámbitos.
El primer espacio de socialización es la familia. Se sabe que, durante la adolescencia, los contextos familiar y escolar juegan un papel crucial en la formación psicológica del individuo. Algunas Investigaciones señalan, por ejemplo, que la existencia de problemas de comunicación entre padres e hijos adolescentes constituye uno de los factores familiares de riesgo más estrechamente vinculados con el desarrollo de problemas de salud mental en los hijos, por ejemplo, la presencia de síntomas depresivos, ansiedad y estrés.
En el contexto escolar también se han identificado varios factores que pueden influir negativamente en el ajuste psicológico del adolescente, como la baja autoestima académica, escolar o los problemas de integración social y victimización entre su círculo.
Sin embrago, pese a la evidencia existente de que diversas variables familiares y escolares influyen directamente en la salud mental del adolescente, todavía quedan algunas cuestiones por entender para lograr una mejor comprensión de la relación entre estas variables.
Salud Mental
Por ejemplo, respecto a la comunicación familiar, se sabe que existe un posible efecto diferencial del padre y la madre en el ajuste psicológico del hijo(a). Al respecto se ha estudiado bastante el papel desempeñado por la figura materna.
Definitivamente la comunicación es uno de los aspectos que marcan y demuestran el grado de salud mental de una familia. Las relaciones entre los miembros de dicha familia, roles asignados y asumidos van a determinar también niveles de salud mental tanto de cada uno de sus miembros como de la familia en general.
Lo intergeneracional es un aspecto muy importante en lo que es la salud mental de una familia. Esto se relaciona con:
- las ideas,
- memorias,
- pensamientos,
- anécdotas,
- valores que se trasmiten de generación en generación y marcan a una familia.
Por otro lado, se sabe que los problemas de comunicación en el contexto familiar también pueden convertirse en problemas de rendimiento en la escuela, los cuales influyen de forma negativa en la salud mental del adolescente. Para fomentar una buena comunicación entre la familia es importante Propiciar el diálogo. Es importante intercambiar con nuestros familiares información sobre cómo les fue en la escuela, en el trabajo, en la reunión que tuvieron, cuáles son sus sueños o proyectos, etc.
También es básico Escuchar a todos los miembros de la familia, esto incluye a los más pequeños, ellos son capaces de compartir excelentes ideas. La etapa infantil es la más creativa. Por último, es importante considerar que es recomendable buscar ayuda por medio de terapia familiar para mejorar las situaciones en crisis de salud mental que pueden presentar los integrantes de cada núcleo familiar.
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